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El productivo calabacín

 
Plantar un calabacín es sinónimo de éxito prácticamente asegurado. Es una planta que requiere pocos cuidados y no le importa mucho el tipo de suelo donde la plantemos.  Además, si a esto le sumamos que no para de dar frutos, estamos ante una de las hortalizas más recomendables. Es perfecta para empezar a disfrutar de los frutos de una huerta propia.

Su nombre en latín es cucúrbita pepo, esta planta herbácea anual pertenece a la familia de las curcurbitaceas como el el melón o el pepino.
Es generalmente rastrera, aunque hay variedades de un solo pie. Tiene grandes hojas acorazonadas, tallos tubulares que estan huecos por dentro, como si fueran grandes pajitas. El tacto de toda la planta es áspero e irritante, tanto que  a mi me produce picor si las toco sin guantes.
Las flores son de gran tamaño, preciosas de color amarillo anaranjado. Son monoicas, en la misma planta las hay de diferente sexo.



Se suele plantar a principios de  Primavera. Tiene un rápido y grandioso desarrollo, a las cuatro  o cinco semanas de estar plantadas ya da unos magníficos frutos, que si no recolectas rápido se pueden  hacer inmensos.
Durante el cultivo le gusta el sol, y tiene altas necesidades hídricas, y requiere de un buen abonado anterior a la siembra.

Como principales enemigos tiene a la mosca blanca que le encanta esconderse debajo de sus grandes hojas, a los trips,  pulgón,  y la araña roja; también son susceptibles a los hongos y alguna enfermedad de tipo vírico.

 
 
Os recomiendo su cultivo, pues cuando todo lo demás falla, el calabacín nunca nos defrauda. Para acabar, decir que están buenísimo  relleno, como pure o en tortilla. ¡Saludos y buen provecho!
 

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